La mayoría de la gente cree en la paz como algo utópico. ¿Paz en el mundo? Imposible.
Pero pocas personas se preguntan el por qué de las cosas. Es fácil decir que siempre existirá la guerra, que para que haya ricos tiene que haber pobres, que la contaminación es algo que inevitablemente va incrementándose cada día. Sinceramente no creo en esos clichés. El primer gran paso para la humanidad se dará cuando se crea que SI se puede cambiar el mundo. ¿También un cliché? Puede, pero nunca lo daré por vencido.
“Se gasta sesenta veces más en armas que en educación” decía en el 89 del siglo pasado el director de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza. De este tipo de frases es de las cuales pocas personas analizan y se preguntan ¿por qué? Estas palabras pueden pasarse por alto o pueden leerse y olvidarse, pero nunca una madre olvidará cómo su hijo murió en la guerra por culpa de esa arma que colocaron en su mano por ausencia de educación.
¿De verdad los “políticos” no se dan cuenta? Me niego a creerlo.
“Todos quieren la paz, y para conseguirla, fabrican más armas que nunca” (Antonio Mongote) y me apoyo en sus palabras. Es denigrante que la economía mundial se pierda en la destrucción y la muerte. ¿Alguien se paró a pensar que nuestros impuestos no sólo sirven para pagar a los “políticos”? y probablemente, o mejor dicho, seguro que la mayoría crea que la guerra es necesaria para resolver conflictos, que a veces las palabras no sirven de nada. Pues a eso debo decir, y no con mis palabras nuevamente, sino con las de Luther King que “la violencia y las guerras crean más problemas de los que resuelven”. No digo que no existan conflictos, pero sí debe de existir la justicia; la verdadera justicia, ya que “la paz no es la ausencia de tensiones, sino la práctica de la justicia” decía el gran Gandhi, y por cosas como estas se jugó la vida. Este hombre fue un claro ejemplo de la no-violencia, de conseguir sus propósitos sin causar pérdidas, no económicas, que al parecer hoy es lo que más se valora; sino pérdidas humanas. Un día como hoy de hace ya bastantes años fue asesinado. Parece mentira que prefiramos dar larga vida a los que destruyen el mundo que a los que lo salvan.
Hoy, a media mañana he ido a la panadería a comprar algo para disminuir el crujir de mis tripas. En la puerta estaba sentada una muchacha de tez pálida que transmitía con sus ojos “mírenme”. Tenía sus manos colocadas una encima de la otra y hacia arriba, pedía, sin decirlo con palabras, que la ayudasen. Parece mentira que la gente entre y salga del establecimiento sin percatarse de su presencia o sin querer hacerlo. Me acerqué a ella y le pregunté ¿quiere que le compre una barra de pan? Y la joven respondió y tímido sí. Cuando se lo di lo agradeció amablemente y comenzó a comer. Dar comida a un pobre no es hacerle un favor, es darle lo que le pertenece.
Si todos pensásemos más allá de nuestro punto de gravedad no existirían utopías como la paz o la no pobreza. Educar es lo principal, porque los niños de hoy serán el futuro de mañana.
Como se puede apreciar hoy no he escrito ningún poema, como día escolar de la paz y la no violencia creí razonable hablar un poco del tema, sin embargo algunas frases me han salido con rima:
Cuando por causa de la avaricia
Se roba a los pobres
Dejan de ser señores
Los más ilustres vendedores.
Gracias.
Ciudadana del mundo
Son pequeños gestos los que hacen cambiar el mundo.
ResponderEliminarHay grandes personas, a menudo anónimas, que consagran su vida a ayudar a los demás.
Sin embargo pocos son los que tienen el valor o la capacidad para hacer algo así. Por suerte también existen personas, que dentro de su quehacer diario, inmersos en la ola de alienamiento que asola nuestra sociedad, es capaz de tener ciertos gestos que pueden hacer cambiar el mundo.
Tal vez sea por escapar de la rutina, e incluso puede que sea un modo egoista de expiar los pecados del exceso en el que vivimos... Pero sea cual sea la motivación, el fin último es igualmente digno de admiración
Un brazo
Loco al habla
Sin duda entregar tu vida a los demás es la valentía de unos pocos, sin embargo creo en mis palabras de que SI podemos cmabiar el mundo. Lo que cada uno de nosotros puede hacer es como uan gota en el océano, pero sin esa gota al océano le faltaría algo.
ResponderEliminarGracia por comentar
Cuidese señorito