domingo, 27 de septiembre de 2009

Luna y licántropo


Luz ávida, pincelada cálida y sucede...
Luna coral, inocencia interrumpida por él.
Momento sin tiempo, pausado, sin pensar, suave y ligero.
Audaz seguidor de la noche, amante de la luna, encuentra un lugar donde reposar,
yacer entre su suave envoltura.
Crece en duelo con ella y no la deja escapar.
Dulce balanceo sobre el mar, se funden; luna y licántropo dejan oirse en el silencio del lugar.
Cuando suenen los pájaros se irá, a años luz de su hogar, ambos piensan en volverse a encontrar.




Gracias.




Ciudadana del mundo.